Antes de hablar acerca de los
componentes de un estilo de vida saludable, quiero hacer alusión a una
afirmación que muchos autores han realizado con respecto a la importancia del
crecimiento personal, dicha afirmación es que la realidad externa en que nos
encontramos actualmente, sea buena o sea mala, es producto de nuestras
realidades internas, sean buenas o sean malas, y la buena noticia es que no
importa si esa realidad interna actual es mala, sí es posible convertirla en
todo lo contrario solo visualizando ese objetivo y tomando acción continua y
con creencia. Por lo tanto si deseas, a partir de este momento, vivir un vida
con una calidad favorable, es buen momento de establecer el deseo, en lo más
profundo de tu corazón, del querer hacerlo, conocer los elementos que debes
incorporar en tu vida, desaprender los viejos malos hábitos y aprender los
buenos nuevos hábitos y, lo más importante, ponerlos en práctica sostenida con
la convicción de que vas a lograr los resultados. Si ya gozas de una de vida
con calidad, tal vez esta información no te aporte demasiado, pero, sí puedes
compartirla con personas que sí la necesiten. La idea no es leerlo, sino
aplicarlo.
El objetivo de este artículo, es generar
una conciencia de autocuidado, basado en amor por ti misma(o), a través de una
sensibilización, tomando como punto de partida, una visualización comparativa
de cómo se vivía en la antigüedad y cómo se vive hoy; estos puntos de
comparación los haremos en torno al nivel de actividad física y la alimentación.
Por otra parte, examinaremos sin mucha profundidad aspectos como el estrés y
los servicios de salud, pero sin restarles importancia ya que también son
aspectos esenciales que se deben saber manejar. Para el manejo del estrés, te
recomiendo el artículo sobre manejo de las emociones basado en la calidad de tus pensamientos.
Empecemos por la actividad física
y vamos a hacer un ejercicio de imaginación y viajemos al pasado, unos 10000 a
6000 años A.C entre los períodos paleolítico y mesolítico. Dibujemos en nuestra
mente cómo tenían que hacer los pobladores, para movilizarse de una ciudad a
otra, o cómo debían hacer los hombres para conseguir el alimento para sus
familias, construir sus casas, o más aún cómo hacían cuando sucedían los fenómenos
climáticos que todavía existen hoy; el desplazamiento de los seres humanos de
ese entonces era con sus propios pies, bien fuera caminando o corriendo, y las
construcciones de sus viviendas era con sus propias manos; te podrás imaginar
entonces que el nivel de actividad física diario era bastante alto para todos
los pobladores humanos. Avanzando en el tiempo, hacia el período neolítico, apareció
la rueda que inicialmente era en piedra y fue mejorada en la edad del metal y
con ello los primeros medios de transporte, pero era reservado para unos pocos,
la gran mayoría se desplazaba igual sobre sus pies y el nivel de actividad fue
disminuyendo para unos pocos. Regresemos pues a nuestros días hoy; notaremos
que cada día ha ido evolucionando el sistema de transporte para el ser humano haciéndose
disponible para un gran número de pobladores en nuestro planeta y,
concomitantemente, el nivel de actividad ha disminuido cada vez más, y más, y
más, hasta el punto que, gracias a la tecnología en las comunicaciones, ya
solicitamos servicios de domicilio para que nos lleven los alimentos a nuestras
casas. Te suena esto familiar?
La contraparte a este fenómeno,
afortunadamente, se encuentra en el deporte. Sus primeros vestigios se
anunciaron 4000 años A.C en la sociedad china, ya que el hallazgo de algunos
elementos generó el planteamiento de la existencia de este tipo de actividad. También
en el antiguo Egipto, refieren los historiadores, que se practicaban la
natación y la pesca, para conseguir sobrevivir. Cabe anotar que es remota la
posibilidad de plantear el deporte con fines de salud en esta época. Con el
paso de los años, el deporte fue adquiriendo dimensiones recreativas y, hacia
nuestro presente, se convirtió en actividad lucrativa. Afortunadamente gracias al avance de la ciencia médica, se
empezó a observar cómo el deporte jugaba un papel protector en los practicantes
y hoy por hoy se ha podido dilucidar el papel que juega en los cambios bioquímicos
de nuestro organismo para ayudarnos en la prevención de enfermedades, en el
mejoramiento del estrés, en el control del peso e incluso se ha llegado a la
conclusión de que una rutina de media hora diaria o una hora tres veces a la
semana genera alto impacto benéfico sobre nuestra salud. Si comparamos esta
actividad a la actividad de la antigüedad, podríamos casi asegurar que son
equivalentes desde el punto de vista del gasto energético.
Otro aspecto, es el concerniente
a la alimentación; si hacemos el mismo ejercicio de imaginación notaremos que
la alimentación se basaba en el consumo de carnes provenientes de algunos animales
terrestres, aves, peces y de frutos de la tierra como hortalizas, verduras,
frutas, cereales, semillas, legumbres, todos fuentes naturales; ya en la
transición del período mesolítico al neolítico, cuando se veía florecer la
industria de producción de medios de transporte, aparece el azúcar hace aproximadamente
5000 años A.C en Nueva Guinea y 4500 año A.C se extiende a la China, y desde
entonces la evolución en su elaboración y masificación en su producción al
punto de que hoy consumimos muchos productos de alto contenido calórico a base
de azúcar y el consumo cada vez mayor de éstos como hábitos de alimentación,
predominantemente en el hemisferio occidental en donde a su vez se ha observado
cada vez menos aporte de nutrientes naturales, como frutas y verduras.
En conclusión, cada día es menor
la actividad física del ser humano y cada día es mayor el consumo de alimentos
de contenido calórico, y cada vez es más notable el fenómeno de
sobrealimentación (comer más de lo necesario) el cual es generado desde la
infancia, con el consecuente incremento de sobrepeso y obesidad, debilitamiento
del sistema inmunológico, factores altamente contribuyentes en la cantidad de
desórdenes cardiovasculares, metabólicos, autoinmunes, alérgicos, neoplásicos,
entre otros. De ahí la importancia de los centros de salud que disponen de
programas, avalados por la Organización Mundial dela Salud (OMS), para buscar
reducir los índices de sobrepeso y obesidad en la población, y más aún el deber
de acudir a ellos en forma decidida y continua; pero esto no es posible si no
se tiene un sentido de amor propio y pertenencia para lograr conciencia sobre
la necesidad de mantener un peso acorde a nuestra estatura, y dar el paso hacia
el logro de esa meta. El corazón fue diseñado para bombear sangre a un peso ya
determinado; cuando hay sobrepeso u obesidad, se está exigiendo al corazón
bombear sangre a un peso mayor a su capacidad, he ahí uno de los eventos que se
asocian a la aparición de fallas cardíacas y de infartos de corazón en gran
parte de la población mundial.
Para lograr tener cuerpo sano es
necesario tener sanidad mental, y se puede lograr tomando conciencia de ello y dando
los pasos con convicción y enfoque de ello.
Conoce nuestro punto y modelo de atención médica aquí:
Dr Pablo Emilio Jiménez Jaramillo Md.
Conoce nuestro punto y modelo de atención médica aquí:
Dr Pablo Emilio Jiménez Jaramillo Md.
Otras lecturas recomendadas

