La magnetoterapia
Es la aplicación terapéutica de campos magnéticos inducidos
por dispositivos de conexión eléctrica que generan dichos campos o por imanes
que se aplican en las áreas corporales afectadas de un individuo con la
finalidad de restablecer el campo electromagnético y, por ende, el pH basal al
cual funcionan las células, tejidos, órganos y sistemas. De esta manera se
puede ayudar a revertir o detener condiciones inflamatorias agudas o crónicas,
infecciosas, degenerativas y tumorales.
La magnetoterapia data de más de 1000 años de antigüedad y se
ha convertido en una excelente alternativa para manejo médico tanto como línea principal
o como coadyuvante en múltiples
tratamientos convencionales de la medicina tanto oriental como occidental y uno
de los elementos más efectivos, baratos, accesibles y solicitados en los 5
continentes.
Las propiedades de
los imanes en el tratamiento de enfermedades han sido utilizadas desde tiempos
ancestrales, en culturas como la china, india, egipcia, árabes y hebreas. Existen
registros históricos que cuentan que
Cleopatra utilizaba imanes para conservar su belleza. Aristóteles alababa las
propiedades terapéuticas de los imanes, Marcelo Francés médico en el siglo IV
colgaba en el cuello de sus pacientes un imán para calmar las cefaleas y así un
sinfín de personajes que sabían y usaban imanes con fines terapéuticos como Hipócrates y Paracelso.
El
Biomagnetismo Médico actual fue desarrollado a partir de 1988 y es
una terapia complementaria que fue creada por el médico mexicano Isaac Goiz.
Para entender este
fenómeno sobre la salud primero debemos darnos cuenta que los seres humanos
somos organismos energéticos (si llevamos una muestra de sangre a un laboratorio
y la ponemos en microscopios de la más alta potencia y capacidad de ampliación
de imagen, nos daremos cuenta que nuestras células finalmente se componen de
átomos y, si recordamos cuando fuimos a la escuela, los átomos se componen de
electrones, neutrones y protones, todos ellos girando en un campo vacío pero
conservando su distancia, sin separarse, gracias al campo electromagnético existente
entre ellos) en últimas entenderemos que somos energía pura, condensada y
organizada con una arquitectura divina, gracias al magnetismo entre nuestros
átomos y nuestra interacción con el campo electromagnético del planeta tierra,
del sol, la luna y las estrellas. Esta clase de interacción es la que permite
explicar eventos como por qué dormimos en la noche y estamos activos en el día.
Si con estos datos aun no creemos que somos energía, entonces recordemos las
veces que hemos experimentado “correntazos” al estar en contacto con
tomacorrientes o con generadores de carga eléctrica en los parques de diversión
o cuando nos damos la mano con otra persona tras estar expuestos a cargas
estáticas en salas de aire acondicionado, también recordemos los accidentes que
hemos visto por descargas eléctricas. No olvidemos los trazos del electrocardiograma
o electroencefalograma que también son reflejo de la actividad eléctrica del
corazón y cerebro respectivamente.

Teniendo clara esta
verdad, debemos saber y entender también que como seres energéticos fuimos
organizados con unos núcleos electromagnéticos, unas especies de baterías (como
los vehículos de transporte o los computadores y celulares) que son los encargados
de generar, distribuir y mantener un flujo eléctrico y un campo
electromagnético alrededor del lugar en donde se encuentran ubicados, permitiendo
así que cada célula, tejido, órgano y sistema funcione con un mecanismo preciso
y una regulación exacta. Estos núcleos de energía son conocidos como Chakras y
si bien es cierto que estos núcleos deben darnos un flujo equilibrado que nos
permita vivir por muchos años (más de 70 años), también es cierto que estos
núcleos son susceptibles de desequilibrarse y uno de los grandes responsables
de este desequilibrio es nuestra mente ya que con el hábito creado de generar y
mantener pensamientos negativos además de tener unos patrones mentales
orientados a una alimentación completamente destructiva, la gran mayoría están
logrando una disfunción de estos centros, creando así una reacción en cadena de
mal funcionamiento de todas las estructuras gobernadas por cada uno de ellos.

Como reflejo de lo anterior, vemos día a día un número creciente de personas
enfermas en todos los grupos de edad y con todos los tipos de desórdenes
autoinmunes, infecciosos, alérgicos y tumorales. En buen momento aflora a la luz pública esta respuesta a la salud, ya que con la terapia magnética, uno de los objetivos es precisamente restaurar el funcionamiento de los centros electromagnéticos del cuerpo físico y, gracias a las investigaciones del dr Goiz, se ha descubierto muchos puntos específicos de tratamiento para muchas enfermedades gracias a los denominados pares biomagnéticos.
Ya es tiempo de
empezarte a visualizar como se de energía, obedecer y fluir con las leyes de la
energía y de darte la oportunidad de experimentar las bondades de la terapia
magnética para regular tus centros electromagnéticos y gozar de una salud
extraordinaria
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